Etiquetas

- A Perfect Neutrality: Spain's Strategy in Saint-Domingue's Revolution 1791-1795. Antonio J. Pinto - - Arturo Úslar Pietri y el necesario diálogo en Venezuela- --Bartolomé de Las Casas y los 200 Labradores llegados de Antequera - --Benedicte Ledent: Caribbean Literature. Looking Backward and Forward- --Caminos de la Colonia de Santo Domingo- --Pobreza colonial y mestizaje - Una República Colonial -- -1795 Santo Domingo y Madrid -Charles Seguin. Un asombroso empresario. Por Carlos Szwarcer- -David Barkin: Hacia un Nuevo Paradigma Social- -De una historia parcial a la Historia total- -Dominican Republic: Country hubridization model ethnic- -El anti-haitianismo dominicano y el anti-dominicanismo haitiano -El Carácter Autónomo de la Marcha de la Historia- -Gobernadores de La Española s. XVI XVII XVIII - Fray Cipriano de Utrera- -Hilde Domin. hija adoptiva de República Dominicana. Nur Eine Rose als Stütze. Traducción- -Hubo más europeos esclavizados por los musulmanes que esclavos negros enviados a América- -Inmigrantes europeos en USA: inicios de una diferencia- -La Clase Media que se activa- -La crisis de los misiles de 1962 y sus repercusiones en República Dominicana -La cultura popular hispano-dominicana ante la paz de Basilea: las décimas de Meso Mónica- -La Soledad de la Clase Media Minoritaria - -Los apártidas como fuerza política- -Mutilación de la consonante 'S' en el Caribe hispanohablante- -Parto Social- -Pasado presente y futuro de las literaturas caribeñas Por Benedicte Ledent Universidad de Liege Bélgica- -PRD: Controlar un tesoro- -Rechazo y aceptación de los ancestros africanos- -Rep. Dominicana De la Restauración a la verdadera influencia estadounidense 1868-1880. José Lee Borges- -Romance de las Invasiones Haitianas- -Síntesis Dominicana- -Toussaint Louverture en Santo Domingo en 1801. Testimonio de una testigo - -Una estudiante catalana en República Dominicana. ¿Existe un pensamiento antropológico dominicano?. Martha Ellen Davis (Ph.D.) -- ¿Inversión de Valores o Lucha de valores Sociales? 1939-1940 El exilio de Republicanos Españoles a Rep. Dominicana -- An extinct relict monkey from the Dominican Republic - Ana Bringas López Univ de Vigo / Una aproximación a la Literatura caribeña en lengua inglesa 3/3-- Andrea Levy / Esta es mi Inglaterra - Andrea Levy / This is my England -- Antihaitianismo Histórico y antihaitianismo de Estado / Frank Moya Pons - Antropologia Estructural C. Levi Strauss Arqueologia: una tradición Mutilación Dentaria Alexa Voss BAJO EL SIGNO DE LA AMENAZA Y LA SUPERVIVENCIA - LAS ENERGIAS OCULTAS DEL PUEBLO DOMINICANO Bandidos Sociales Raúl O.Fradkin- Bartolome de Las Casas and the 200 Farmworkers from Antequera Málaga Bartolomé de Las Casas y La Esclavitud Luis N. Rivera P. Carlos IV y Godoy - Carlos Szwarcer: Del Patio al Universo - Carta del Arzobispo de Santo Domingo al Rey Carlos IV de España en 1790* - Culturas Hibridas Néstor García Canclini - Das Neutrale Pronomen 'Ello' im Dominikanischen Spanich... - De Juan Bolívar Díaz a J.F. Lyotard De lo Natural a lo Histórico: Una frontera difusa- Decreto de Lous Ferrand General francés Comandante en Jefe del Santo Domingo ocupado militarmente por Francia. Enero 1805 El Comercio entre Santo Domingo y Andalucia - El español de Santo Domingo y el español de España M.Alvar El Español en Julia Alvarez Alicia de Gregorio Ph.D - El Historico progreso del pueblo dominicano: Costos y Consecuencias-- El intelectual haitiano Jean Price Mars explica la dramática retirada de J.J. Dessalines de Santo Domingo en 1804 El nivel y structura de Precios de los Esclavos en las plantaciones cubanas - El pirata Francis Drake en Santo Domingo El Pronombre 'Ello' en el léxico del español dominicano -- El pueblo dominicano a 50 años de Trujillo - El Tatado de Basilea 1795 MA Peña Batlle - Ensayo sobre RAZA Y RACISMO- España en el imaginario mexicano - Facer la America F. Jóvine Generaciones Sociales y sociológicas Iñaki García Univ Carlos III Madrid - Hibridación étnica Historia de Santiago de Cuba. Por Luis Acosta Brehal (1 de 3 para OQ) Historia de Santiago de Cuba. Por Luis Acosta Brehal (parte 2 de 3) Historia de vida: Los Refugiados Españoles a Rep. Dominicana 1939-1940 - - Interview avec Jean-Marc Pasquet - J.J. Dessalines Diario de la Campaña de Santo Domingo 1805 La Competencia Mestiza E.Cunin - La Habana Por Hacer Elizabeth Burgos - La Identidad Cultural: Mitología de Brujos y Curanderos de Nuestras Facultades: David Arias.- La madre en el drama histórico de la isla - Por Juan Bosch La ocupación de Santo Domingo por Haití Manuel de Js. Troncoso Texto íntegro - LA POCO CONOCIDA GENIALIDAD DE LOS LIDERES POLITICOS DOMINICANOS DEL SIGLO XIX Las Consecuencias Económicas de la Independencia Iberoamericana Carlos Newland Universidad Carlos III Madrid - LIVERPOOL PAPERS 1791 (15) - Los Campuzano-Polanco Una familia élite colonial de Santo Domingo Ruth Torres Agudo - Los Judíos en el destino de Quisqueya- Los Procesos y la larga duracion S.Rivero S. Los verdaderos Restos de Colon están en Santo Domingo / C.A. Deive y M. A. García A. - Manuel Giménez Fernández: Política Inicial de Carlos I en Indias - Mariana Past Ph.D: Representación y explotación: La Revolución haitiana - Migración Haitiana: Racismo y Nacionalidad. Franklin Franco-- Negros de Mentira y Blancos de verdad / F. Henríquez G. - Nuestros ancestros directos ¿cuántos son? - Nuevas Tendencias del Americanismo Historia Problema -- Occidente ocabó con la Esclavitud Daniel Rodríguez Herrera - Orbe Quince Pasado y presente de la Esclavitud Mauro F. Funes - Posible Origen Portugués de la i cibaeña - - República Dominicana y Haití: el Perdón Mutuo Bernardo Vega - República Dominicana: país modelo de hibridación étnica Slavery and Slaving Joseph Miller -- The Colonial citizen of New York City; a comparative study - The Dominican Republic A National Histoy Frank Moya Pons- Un siglo de España: Centenario 1898-1998 - Una Opción para los pobres: De Bartolomé de Las Casas al Pensamiento de la Liberación - UNA POLÉMICA HISTORIOGRÁFICA - ESCLAVOS IRLANDESES Visiones del mestizaje Pedro L. San Miguel

22.11.12

David Barkin: Hacia un Nuevo Paradigma Social

David Barkin


Hacia un Nuevo Paradigma Social

 .
David Barkin
.
1 Ante los progresivos estragos sociales y ambientales de la sociedad mercado-céntrica, muchos sectores de las sociedades alrededor del mundo reconocen la urgente necesidad de virar hacia formas alternativas de organización social y económica. Desde la academia, también, desde hace mucho tiempo se está reconociendo que es imprescindible proponer nuevos paradigmas que trasciendan las disciplinas que han evolucionado para respaldar el sistema actual, con su énfasis en el individualismo, la transformación de la naturaleza y las relaciones sociales en mercancías, la subyugación de todo al mercado y la centralidad de la propiedad privada. En las prácticas ancestrales de las comunidades campesinas e indígenas, así como en sus formas actuales de organización y comportamiento, se hallan algunos principios para la construcción de otras sociedades. Sin embargo, también podemos encontrar estos principios entre los paradigmas heterodoxos de las ciencias sociales. Analizarlos e incorporarlos a un conjunto teórico es la labor de los intelectuales comprometidos con las víctimas del sistema y con la consecución de un mundo mejor.
 .
2 La triple crisis que hoy padecemos –económica, social y ambiental– es fruto de la operación normal de un sistema actual que promueve la organización productiva para la acumulación de capital, concentrada en unas cuantas manos. Como parte inherente en este sistema de producción, se ha generado una miseria humana sin precedentes en la historia de las “civilizaciones”, acompañada de la degradación de muchos ecosistemas alrededor del mundo. Esta crisis nos recuerda la observación de Alfred Schmidt (1978) de que sólo nos damos cuenta del significado de la relación entre la sociedad y la naturaleza cuando la forma peculiar en que ha evolucionado la organización social dominante y ha ejercido su capacidad devastadora.
 .
3 El debate actual en torno a la forma de superar las contradicciones que se evidencian en esta crisis ocupa parte importante de las discusiones en las esferas políticas; las recetas económicas están mostrándose inadecuadas para atender a las prioridades del momento. Sin embargo, como hemos visto en numerosas ocasiones durante los decenios recientes, es evidente que las propuestas de remiendos posibles dentro de la institucionalidad existente no podrán dirigirse a atender efectivamente a los objetivos de una mínima agenda social y ambiental. 
 .
4 Para superar el impasse propositivo actual, sería necesario entender las limitaciones de los paradigmas vigentes e identificar los caminos alternativos ofrecidos por otros paradigmas, otras epistemologías. La presente reflexión es producto del descontento generado por los abordajes que pretenden remendar los graves problemas actuales –cuyo diagnóstico es evidente para cualquier analista pensante– y el reconocimiento de que disponemos de los instrumentos y del conocimiento para construir los múltiples caminos que permitirían otra calidad de vida, otra forma de convivencia, otra relación con el planeta. Para estos propósitos es evidente que habría que integrar las mejores lecciones del actuar social con los más perspicaces análisis del funcionamiento del sistema natural del cual somos parte. En particular, se requiere aprovechar de las corrientes del pensamiento de la economía social y solidaria así como las de la economía ecológica, las cuales, a su vez, son cuerpos de conocimiento que han integrado una comprensión sensible de las ricas y variadas experiencias de los muchos pueblos que ofrecen otras formas de plantear el problema fundamental de la relación sociedad-naturaleza. 
 .
Hacia la construcción de nuevas teorías
 .

5 La necesidad de aprovechar otros paradigmas, de replantear nuestros análisis, sugiere un profundo cuestionamiento respecto a la responsabilidad de los intelectuales y de nuestras instituciones.1¿Hasta qué grado contribuimos o somos cómplices en nuestra práctica actual de la malevolencia del tipo de modernidad emanada del proyecto civilizatorio occidental, de una globalización que está construyendo mayores injusticias cada día, intensificando el alcance y el impacto de la violencia, destruyendo las propias bases naturales de que dependemos para nuestra existencia?, ¿con qué instrumentos podríamos evaluar nuestra práctica actual de enseñar, para no reproducir y extender el sistema vigente, para criticarlo, para generar su reforma, si sus raíces están extendiéndose para ampliar y profundizar su malignidad? 
 .
 1  Noam Chomsky (1967) planteó el mismo cuestionamiento hace casi medio siglo en el horrífico context (...)
.
6 Nuestra herencia académica deja en claro las respuestas a este planteamiento. La lamentable y terrible historia del siglo pasado, y de los anteriores, ha llevado a la sociedad, a gran parte de la humanidad, a someterse a un individualismo metodológico, el cual exige que cada quien sea responsable por sus propias acciones frente al bienestar colectivo. A la luz de la historia reciente, y de la acumulada a través de los siglos, nos damos cuenta que no es aceptable permitir a cada uno el juzgarse por sí mismo, el tomar decisiones en provecho propio sin considerar sus impactos en los demás, y el seguir incólume como si el camino de crueldad y rapiña, que deja atrás no fuera asunto suyo. Cierto, no contamos con las instituciones, con el coraje o con la capacidad colectiva para exigir a los poderosos su cumplimiento con esta normatividad; pero desde nuestros parapetos, las trincheras que cavamos y defendemos, donde nos dedicamos a la búsqueda de verdades y de la definición de los más altos valores sociales, humanos, esa carencia no nos absuelve de la responsabilidad de insistir en su cumplimiento y, sobre todo, en nuestra obligación de difundir estos valores y evaluar nuestro desempeño en términos de sus estándares. 
 .
7 La evolución de la ciencia, y sobre todo de los mecanismos para su ratificación, han hecho difícil esta labor, ya que la especialización y la compartimentación del conocimiento, con sus muy particulares patrones de evaluación y convalidación, pretenden asegurar la dominancia de expertos muy calificados en cierta área, pero con muy poca comprensión de cómo funciona el mundo en el que viven. Hay múltiples esfuerzos para superar las limitaciones de la especialización; la combinación de las ciencias sociales con las ecológicas está engendrando numerosas salidas que tendrían que ser evaluadas por sus aportaciones a nuestra capacidad colectiva para enfrentar y superar los problemas candentes que sufrimos o, mejor aún, para evitarlos. Es evidente que una nueva teoría tendría que desplantarse de la suposición de que la noción del crecimiento desplegado en la economía –en todas nuestras instituciones– es incompatible con la justicia social y el equilibrio planetario y, como consecuencia, tendría que ser remplazada por otra, esto es, si las sociedades humanas logran sobrevivir en la Tierra. Es claro que la evidencia actual es suficiente para demostrar que los cuerpos teóricos construidos con base en la homeostasis y de los equilibrios sociales operando con base en la armonía –como es el caso de la teoría económica neoclásica– no son aptos para describir el mundo actual y mucho menos explicar su dinámica, aun si fueran intelectual y técnicamente consistentes, que no es el caso.
 .
8 Ya ha pasado mucho tiempo desde que las Leyes de la Termodinámica fueron (re)introducidas en el centro de la reflexión de las ciencias sociales (Georgescu-Rogen, 1971), sobre todo en las económicas, sin que hayan tenido el efecto deseado de obligar a las disciplinas a reexaminar profundamente sus axiomas que resultan incompatibles con ellas. Este trabajo propone partir de una versión de la economía ecológica que insiste en la inconmensurabilidad monetaria de la valoración de la naturaleza, el reconocimiento de la importancia del metabolismo social, los preceptos de la entropía, junto con una visión latinoamericana de conceptos tales como justicia social y equilibrio ecológico, en un nuevo modelo para la consolidación de un distinto camino para la construcción en las ciencias sociales. Entre otras cosas, este modelo insiste en informarse con las aportaciones y los debates sobre el “buen vivir” del mundo andino, del “mandar obedeciendo” de las selvas de Chiapas, del “irékua” en la meseta Purépecha en Michoacán 2, de la comunalidad de la Sierra Juárez (Martínez Luna 2003) de Oaxaca y Abya Yala del sur de Panamá; esta exploración ofrece plantear una organización alternativa de la vida social, la producción material y la conservación ambiental; es un modelo surgido de las profundas críticas sociales de los pensadores de la convivialidad (Illich, 1985; Esteva y Robert en este volumen), de la joie de vivre. 
 .
2 Definido como “La permanente dedicación a la retribución (servicio) a la tierra, a la naturaleza y (...)
 .
9 De igual manera, ha pasado mucho tiempo desde que varios estudiosos reconocieran la importancia de la solidaridad como factor fundamental en la evolución de nuestras sociedades. Podríamos remontarnos a las aportaciones de diversos antropólogos, quienes identificaron la centralidad de la reciprocidad (Sahlins, 1983; 1972) o del “regalo” en la formación de sociedades en todo momento de la historia social (Mauss, 1979); sus herederos intelectuales se han asociado en el Movimiento Antiutilitarista de las Ciencias Sociales que publica una revista de gran creatividad intelectual (Revue du MAUSS). Asimismo, podríamos reconocer la originalidad de las aportaciones de algunos economistas que han identificado la importancia del carácter condicional de un “mercado” –aquella institución universal– que es una institución profundamente arraigada en los intersticios sociales de los cuales es parte (Polanyi, 2003). La comprensión de la complejidad del funcionamiento de estas instituciones, evidente en la abultada literatura de análisis y descripción, ofrece amplia evidencia del profundo error de los economistas en suponer que pueden examinar sus instituciones abstraídas de las sociedades de que son parte y que sus procesos de intercambio son simples transacciones monetarias, “campos de juego” planos donde todos los participantes son iguales; de igual importancia conceptual es su erróneo anclaje en el individualismo metodológico. 
 .
10 Hoy en día, los estudios de la economía social y las economías de solidaridad carecen de los sellos de aceptación o legitimidad de que gozan los campos surgidos del reconocimiento de la crisis ambiental (como es el caso de la economía ecológica). Son considerados como el reino de grupos vecinales o redes alternas que no inciden de manera importante en los sistemas dominantes de producción o de intercambio; aun las empresas cooperativas, que gozan de algo más de legitimidad, no son relevantes en las evaluaciones del funcionamiento global. Sin embargo, estos estudios revelan su importancia para los miembros de los grupos participantes en términos del nivel y calidad de vida, del control sobre sus condiciones de trabajo y, de distintas maneras, en sus posibilidades de conservar y rehabilitar los ecosistemas en que producen y viven. En América Latina, en particular, sus experiencias ofrecen ricas vetas de exploración para los resultados que han permitido a los trabajadores seguir manejando los centenares de fábricas que recuperaron de las ruinas de la debacle económica en Argentina; de las aportaciones a la solución del problema alimentario del movimiento “campesino a campesino” que está en el centro de la que es quizá la red social más importante del mundo, Vía Campesina (Rosset y Martínez Torres, 2012); de las alianzas sociales y políticas de grupos amerindios en todo el hemisferio para defender sus territorios, sus culturas, sus capacidades de construir modelos alternativos de civilización; y de los numerosos movimientos solidarios que están resistiendo y, con frecuencia, revertiendo los esfuerzos que hace el capital internacional para acelerar el proceso de expoliación de los recursos naturales a costa de la posibilidad de seguir viviendo de los pueblos afectados.
 .
11 Desafortunadamente, la construcción de una nueva teoría es un tema recurrente que ha sido resistido eficazmente en la academia; hoy en día, el embate de las élites contra estos modelos está cobrando su cuota, marginando a muchos, obligándonos a construir nuestras propias instituciones, nuestros propios canales de colaboración y comunicación. Somos pocos los que estamos dispuestos a hablar de la bancarrota de la teoría recibida, de la necesidad de abandonar las sendas del crecimiento. Existe una urgencia de aprender de otras culturas, de otros pueblos, aun cuando estos últimos no hayan pasado por los pasillos de la academia; debemos profundizar y ampliar el diálogo de saberes que refleje nuevas formas de aprendizaje. Más aún, que nos ofrezca la posibilidad de integrar la reflexión teórica con una práctica académica y social, que nos dé una ampliación del pluralismo metodológico necesario, que propone la construcción de sociedades post-capitalistas, debemos incentivar el proceso de consolidación de modelos de coexistencia que les permitan a dichas comunidades ofrecer importantes opciones para sus miembros frente al empobrecimiento social y material, de cara al deterioro de la calidad de la vida planetaria. Si tenemos suerte y capacidad, quizá también esas mismas comunidades nos ofrecerán la oportunidad de transformarnos antes de que sea demasiado tarde.
.
Hacia la comprensión de las sociedades post-capitalistas
.
12 Afortunadamente, en México –y en muchas partes de América Latina– no tendremos que atender la llamada de los altermundistas, que proclaman desde Estocolmo hasta Rio, vía Seattle y Copenhague, que “otro mundo es posible.” En nuestra región, ya están en construcción, y ¡desde hace mucho tiempo! Se están construyendo entornos que prometen una mejor calidad de vida y una cierta autonomía ante los embates del neoliberalismo. En ninguna parte lo vemos con mayor claridad que en Chiapas (Baronnet, et al., 2011); sin embargo, estos nuevos entornos existen también en otras partes donde vemos una gran diversidad de enfoques y caminos.
 .
13 En contraste con sus conductas en periodos anteriores de crisis, las acciones de obreros, de campesinas, de indígenas, representan un desafío frontal a la política neoliberal de hoy. Su praxis refleja un rompimiento histórico, un abandono de procesos de colaboración, negociación y acomodo que entablaron con los primeros gobiernos de la Revolución, empeñados en incorporarles al proceso de modernización globalizante mediante su participación en los programas oficiales. Frente a la política de integración internacional y de modernización urbano-industrial que amenaza con dejarles fuera de una nación en “reconstrucción”, importantes segmentos de la sociedad rural están proponiendo sus propias estrategias alternativas: enmarcadas en una nueva comunalidad que sustituye al mercado para definir cómo asignar recursos (Fuente, en este volumen). Esta nueva comunalidad plantea la necesidad de garantizar un nivel de vida digno para todos sus miembros, donde se puedan generar nuevas oportunidades y respeto a las exigencias ambientales. Esto hace posible una verdadera sustentabilidad, fincada en los atributos de responsabilidad social y ambiental. Sus experiencias nos reafirman algo muy significativo: para que estas sociedades “tradicionales” sobrevivan, para que puedan definir y realizar sus propios modelos de progreso, tendrán que seguir innovando. Como hemos aprendido de la milenaria experiencia de innumerables pueblos, la tradición sólo puede mantenerse viva y con fortaleza a partir de un proceso de cuidadosa y continua innovación (Wolf, 1987). Para entender este proceso les invito a reflexionar sobre nuestras propias actitudes y acciones, así como respecto de sus relaciones con estos protagonistas y sus nuevas propuestas, con su invitación implícita para acompañarles a construir nuevos ámbitos de solidaridad y respeto mutuo. Parafraseando a Luis Villoro (2010): nos invitan a acompañarles en su abandono y rechazo a la hegemonía de la cultura occidental. ¡Qué apropiado sería que nuestras instituciones aceptaran esta invitación, comprometiéndonos a forjar nuestras labores de docencia e investigación en colaboración con estos grupos!
 .
14 Ya han pasado muchos lustros desde que terminaron las ilusiones del “desarrollo hacia adentro”, “el milagro mexicano”, junto con sus promesas de una vida mejor, de cumplir con las reivindicaciones que simbolizaron los mejores ideales de la vanguardia Cepalina, los sueños de la Revolución Mexicana, la Boliviana, la Unidad Popular. En aquellos años, los campesinos colaboraron con los “proyectos de nación”, haciendo producir a las tierras que les entregó, aceptando los magros beneficios de sus encomiables esfuerzos por elevar la productividad del campo, y así alimentar a los mexicanos y financiar los cimientos del mundo urbano-industrial, que el gobierno ha entregado a los capitales de aquí y de allá. 
 .
15 En toda la región, nos hemos desengañado con las promesas incumplidas del Estado, y sobre todo las más recientes que les ofrecen levantarlos de la marginalidad que él mismo creó. A la vez, nos damos cuenta de la imposibilidad de mejorar los condiciones de vida mediante la incorporación a la fuerza de trabajo obrero, o a la informalidad, o de la conversión en clientela de los programas asistencialistas, las únicas rutas ofrecidas por la política oficial. Por eso, se están llevando a cabo nuevas propuestas para producir las condiciones necesarias para su propio progreso social y económico –un progreso alejado de los valores mundanos de un mundo de consumo y derroche– fincado en una vida comunitaria y un respeto por los ecosistemas de que dependemos todos.
 .
16 Las respuestas sociales han resultado mucho más creativas de lo esperado; están llegando más lejos de lo que jamás imaginaron, como vemos en el caso de la experiencia zapatista, de la cual estamos celebrando el decimosexto aniversario del levantamiento. Estos son esfuerzos ambiciosos de importantes grupos de comunidades colaborando entre sí y construyendo alianzas para enfrentar y superar las diversas estrategias del capital que continúa intentando apropiarse de sus territorios y recursos. Sus esfuerzos son también una reacción al rompimiento del pacto social que resultó ser más retórica que realidad, promesas que algunos nuevos regímenes están tratando de resucitar, construyendo nuevas coaliciones y prometiendo nuevas formas de incorporación. Sin embargo, muchos siguen escépticos y prosiguen con sus propuestas alternativas, reorganizándose para redoblar sus exigencias de “justicia social”, repudiando los repetidos embates a que fueron sometidos, para tomar control de las riendas para su bienestar. Ahora son aguerridos promotores de otra forma de sociedad, una que atienda a sus propias necesidades y a las de la mayoría de los mexicanos; una que mueva la expansión productiva al tiempo que genera nuevas formas de asegurar la rehabilitación y la conservación de sus ecosistemas, contribuyendo de esta manera no solamente a su propio bienestar, sino al de la sociedad en su conjunto.
 .
17 En sus acciones se puede observar la construcción o reconstrucción de otros mundos, en los que importantes grupos sociales rechazan ser condenados a la marginalización, a la extinción; insisten en un nuevo estilo de progreso social y económico que ofrece frutos materiales e inmateriales, sin amenazar al medio ambiente. Estos mundos alternativos son ámbitos donde se exigen los derechos y se superan los ataques para avanzar en sus propias propuestas; este crisol social incluye a pobladores de casi todos los países de América Latina. Sus mundos dejarían de depender de la integración económica de la política internacional y de la asimilación cultural; con ellos se plantea la construcción de alianzas nacionales e internacionales, de pueblos comprometidos con proyectos afines para asegurar sus necesidades básicas, otro estilo de vida y la (re)construcción de una interculturalidad (Villoro, 2010).
.
Reconstruyendo el mundo 
 .
18 Los paradigmas dominantes están condenando a los campesinos, a los indígenas, a la extinción. Recordemos el debate de una generación anterior –campesinistas frente a descampesinistas– cuando los eruditos del momento rechazaron la posibilidad de la supervivencia de los campesinos porque representaban los rezagos de un modo de producción del pasado.3 La discusión actual gira en torno a la cuestión de la forma y las repercusiones de las estrategias que los campesinos están elaborando para su supervivencia. Aun cuando ahora mismo grupos dominantes en la academia, y en las instituciones rectores del mercado global, ofrecen doctas explicaciones para respaldar los análisis oficiales de las burocracias nacionales y de las agencias internacionales al servicio del capital, dictaminando el hundimiento de los moradores del campo, de los indígenas, de los que resisten su proletarización, en una crisis, hay amplia evidencia de otra realidad. Están demostrando que son actores con iniciativa, con sus propias estrategias de innovación tecnológica y organización social; en todas partes del país están construyendo un futuro alterno a las limitaciones impuestas por las estructuras dominantes de un mundo capitalista que los condenaría a la subyugación proletaria. Sus innovaciones sociales y tecnológicas han generado una amplia gama de nuevos productos que buscan dar mayor valor a los espacios productivos tradicionales, nuevos sistemas para la gestión de sus recursos sociales y naturales y nuevas formas para su gobernanza; en fin, los otros saberes que deben integrarse en nuestra práctica. 
 .
3  Para una reseña del debate sobre los campesinistas y descampesinistas, véase Feder (1984), Esteva, (...)
 .
Sus innovaciones abarcan nuevos espacios geográficos y nuevos grupos sociales, generando oportunidades sociales y económicas así como la recuperación de sus ecosistemas y sus recursos naturales, retirando éstos del dominio del capital o de la posibilidad de su futura expansión. 
 .
19 Hemos denominado esta visión como la nueva ruralidad comunitaria, una realidad donde dominan las ideas de: 1) comunalidad (basada en cohesión social, democracia participativa, trabajo comunitario, y la centralidad de territorio) (Escobar, 2010; Martínez Luna, 2003), 2) autonomía(formación político-social), 3) autosuficiencia, 4) formación político cultural, 5) solidaridad y redes de apoyo, 6) diversificación productiva y de mercado(desarrollo de fuerzas productivas comunitarias, generación de excedentes), y finalmente, 7) gestión sustentable de recursos regionales (ordenamiento, restauración, conservación, aprovechamiento definido culturalmente). La práctica real de las comunidades es fuente de enorme fuerza social, dando contenido a estos criterios metodológicos vinculados con una contribución fundamental en la orientación de los procesos de innovación tecnológica para la construcción de la sustentabilidad: la articulación de la responsabilidad social y la responsabilidad ambiental (Barkin, 2008, 2009 y 2010; Barkin y Lemus, 2011; Barkin, et al., 2012). 
 .
20 Se destaca la emergencia de la asociación comunitaria con sus formas de democracia directa o participativa reconfiguradas (González Casanova, 2010) como un mecanismo alterno a las funciones desempeñadas por el mercado y por el Estado en la asignación de los recursos y en el desarrollo de capacidades tecnológicas, incluyendo la orientación hacia la innovación tecnológica. Este despliegue, esta reorientación de los procesos innovadores tiene como sustento otros modos de acumulación no capitalista, controlados por los propios productores y sus comunidades. Este planteamiento supone la posibilidad de desarrollar procesos de innovación tecnológica desde la construcción de otras racionalidades; conlleva asumir que otros mundos son posibles, guiados por los principios de la justicia social, la equidad intergeneracional y la gestión sustentable de recursos regionales, con una reorientación hacia lo colectivo (en oposición a lo individual); al desarrollo del bienestar (en oposición al crecimiento); y el respeto a la explotación de los recursos naturales (en oposición al capital). 
 .
21 Lejos de ser ideas emanadas desde una torre de marfil, esta presentación ofrece ser una síntesis de esta praxis y de las aspiraciones de las organizaciones sociales actualmente en marcha, encaminadas en las múltiples rutas de su propia transformación; sugiriendo que esta síntesis tendría que integrarse como parte del contenido de nuestra práctica docente y de investigación.
 .
22 La innovación social y política, la productiva y la tecnológica, desempeñan un papel fundamental en los proyectos de estos actores, los miembros de las numerosas comunidades involucradas en el proceso. Es parte central del compromiso para la construcción de una verdadera alternativa; comprende una nueva relación con el poder para montar sus propios modelos de progreso social y económico para generar formas sustentables distintas y novedosas de apropiación social de (o, mejor dicho, colaboración con) la naturaleza. Se trata de integrar los saberes locales, usando la ciencia para crear una sociedad fincada en una nueva racionalidad que conjugue las exigencias planetarias con las aspiraciones de los pueblos que están emprendiendo diversos caminos para su liberación. 
 .
23 La variedad de estas experiencias no tiene límites. Algunas han sido desplegadas por comunidades campesinas con las que tenemos la fortuna de colaborar o compartir sus experiencias y que a continuación mostramos como ejemplos; aunque cada ejemplo es de una sola actividad productiva, se conciben como partes en el proceso de la construcción de la autonomía y del empoderamiento. Son ejemplos de comunidades, de alianzas de pueblos, pero también son parte de un amplio movimiento antisistémico que está acumulando fuerzas.
 .
La reserva campesina de la biosfera en las Chimalapas en el sur de Oaxaca. La comunidad indígena zoque maneja la reserva (todavía no reconocida oficialmente) –el reducto de selva tropical húmedo más grande de México, unas 600.000 hectáreas– canaliza los recursos para el sustento de la comunidad y asume la responsabilidad del entrenamiento profesional para colaborar con investigadores extranjeros; algunos miembros de la comunidad se formaron como biólogos y se entrenaron en el manejo de recursos forestales e hidráulicos en escuelas técnicas nacionales e internacionales. Se inició la siembra selectiva de viveros para ciertas especies de árboles en peligro de extinción y se puso en práctica un pequeño programa de ecoturismo; sus miembros se capacitaron para ordenar sus territorios y combatir agresiones a los recursos naturales, como los incendios forestales. Este logro comunitario no fue fácil, pero se hizo posible con el apoyo de grupos ambientalistas y la asistencia financiera del gobierno inglés a principios del proceso, en la década de 1980.4 Hoy en día, siguen inmersos en una lucha para defender su territorio y sus planteamientos (Barkin y García 1999).
 .
4  Por cierto, el gobierno mexicano canceló este programa de asistencia técnica inglés cuando se hizo (...)
 .
Algunas alternativas locales para el Istmo de Tehuantepec. La cruel polarización social ha llevado a las comunidades a realizar una serie de alianzas entre ellas para fortalecer el potencial natural de la región, respaldadas por la planta cementera de propiedad cooperativa (Cruz Azul). Se asociaron con un Fideicomiso para la Infraestructura Ambiental del Istmo para promover la gestión sustentable de los recursos naturales, basada en la organización de las cuencas de los ríos. Las propuestas incluyen un programa ambicioso para la rehabilitación de los cauces de los ríos y el manejo del agua y la tierra, con lo que se generarán nuevas oportunidades a partir de la rehabilitación de los bosques, cierta producción de exportación agrícola, así como y el mejoramiento y la expansión del sector artesanal (Barkin y Paillés, 1999). Esta experiencia contrasta marcadamente con los conflictos que se están intensificando por la expoliación que están sufriendo otras comunidades en la región (como La Ventosa) por la instalación de grandes “granjas” de aeroturbinas para generar energía eléctrica eólica, mayormente con inversión española, que no redundará en beneficio de los pueblos asentados en estas tierras.
 .
La revalorización de la producción tradicional de cerdos en las comunidades Purépechas de Michoacán frente a las tendencias nacionales y globales hacia la desaparición de la economía de traspatio. La respuesta propuesta involucró la colaboración con la organización indígena regional para producir “carne de puerco lite”, con niveles reducidos de colesterol en condiciones de traspatio con un sobreprecio importante. La colaboración contribuye a los esfuerzos para fortalecer la capacidad social para promover la democracia directa, fortaleciendo la economía de la región y el papel de la mujer dentro de las comunidades, ya que esta actividad es realizada principalmente por mujeres. También está atacando la contaminación ocasionada por el desecho de una parte de la cosecha de la fruta sin valor comercial y sus impactos severos en el manejo del agua en la región (Barkin, et al., 2003).
 .
La producción de huevos enriquecidos con omega-3 (un ácido graso benéfico para la salud humana) en condiciones domésticas periurbanas, ha resultado eficaz como alternativa para fortalecer organizaciones sociales, atender a problemas ambientales, generar ingresos adicionales y arraigar las familias a sus comunidades en mejores condiciones sociales y materiales, ya que la venta de los huevos ha encontrado una elevada demanda. En este sistema se están forjando nuevas formas de acumulación, al servicio de las comunidades para sus futuros proyectos. Es importante señalar que las protagonistas son mayormente mujeres (Barkin, et al., 2009). 
 .
De manera similar, se observan esfuerzos en muchas comunidades forestales, en algunas áreas naturales protegidas y en muchas otras defendiendo sus recursos naturales y especialmente sus fuentes de agua y el derecho a garantizar su acceso a ella. En este aspecto, México es conocido mundialmente por los avances en el control comunitario de sus bosques, por el éxito de centenares de comunidades que lograron arrancar el control de los concesionarios y transformar su gestión con base en una visión diferente, la que se pregunta para qué sirven los bosques y también cómo conservarlos para las generaciones futuras (Fuente, 2009). Los recientes éxitos de los pueblos en Guerrero y Jalisco en torno a la cancelación del proyecto de La Parota y la postergación del proyecto de Arcediano también ofrecen ejemplos de variadas estrategias para consolidar acciones comunitarias para construcciones alternativas; sin embargo, hay otros ejemplos no tan exitosos: la todavía incierta victoria para detener la explotación de la mina San Xavier (en San Luis Potosí, México) refleja la profundidad de la resistencia del capital y la complejidad de las batallas comunitarias. Asimismo, estamos viviendo numerosas acciones en todo el país para detener las intenciones oficiales de privatización del manejo del agua y asegurar su disponibilidad para la vida colectiva.
 .
Otros ejemplos, menos conocidos, también ofrecen aliento al mostrar la variedad de caminos que se están recorriendo en esta construcción de nuevos mundos. La recuperación de un millón de hectáreas en la Mixteca Alta con la participación de más de un centenar de comunidades, durante más de un cuarto de siglo construyendo obras de manejo de agua y suelo que demuestra la manera en que los conocimientos milenarios pueden enriquecer el uso de tecnologías modernas para mejorar la calidad de vida de los participantes y generar recursos para el futuro; su iniciativa de aprovechar estas tierras y agua recuperada para producir amaranto e industrializarlo como alimentos nutritivos, contribuye a su sostén y el beneficio de los consumidores. Las experiencias se multiplican: cooperativas de artesanos; proyectos autogestionados de ecoturismo; las redes de productores de café comercio justo, comercializados por organizaciones solidarias, de miel, cacao, chocolate y mezcal; la red de comercialización de granos ANEC; y el movimiento “Sin maíz no hay país” que tanto impacto ha tenido en los debates políticos nacionales, entre otros.
.
24 Estas experiencias son evidencia de la importancia de los otros saberes y del diálogo con los conocimientos del presente; son ejemplos de cómo la academia ha colaborado y podría intensificar su colaboración mediante una reflexión seria frente a las crisis en las cuales participa actualmente. Su premisa es la necesidad de tomar en cuenta a la gente en la solución de problemas, reconocer como válidos sus conocimientos y colaborar con ellos en la construcción de soluciones. Las lecciones de las Juntas de Buen Gobierno de los Caracoles Zapatistas reflejan poderosamente esta capacidad de aprovechar y enriquecer lo heredado con ciertas aportaciones de frontera. La sinergia tecnológica entre saberes y conocimientos ha sido clave en el desarrollo de estos proyectos, pero la distinción fundamental con respecto a otros proyectos impulsados por organismos no gubernamentales (ONG) y organismos multilaterales ha sido su diferente orientación ética: la construcción de una verdadera sustentabilidad desde los atributos de responsabilidad social y ambiental. Esto es, la puesta en marcha de procesos de una nueva ruralidad comunitaria.
 .
25 De esta manera, las sociedades que participan en el proceso de esta construcción social alternativa están también reconociendo su compromiso con otra forma de “contrato social”, una asociación comunitaria heredada de la cultura mesoamericana, expresada elocuentemente por Floriberto Díaz, de la región mixe, y algunos de sus herederos intelectuales (Robles y Cardoso, 2008). Es una perspectiva ética diferente a la racionalidad económica fincada en intereses individuales para la asignación de recursos; descansa en los procesos de apropiación social de la naturaleza y por tanto en los procesos de innovación tecnológica guiados por los compromisos de una verdadera sustentabilidad. Requiere asimismo de un compromiso colectivo, de sujetar la voluntad individual a las decisiones colectivas, como se plasma con fuerza artística en la película mexicana Corazón del Tiempo (Dir. Alberto Cortes, 2009); este compromiso para la construcción de los otros mundos ofrece un contraste tajante con las visiones dominantes que premia a los individuos por ejercer su interés particular, como ya se mencionó, muchas veces a costa de la comunidad (Villoro, 2010).
 .
Los nuevos paradigmas
 .
26 Las experiencias mencionadas aquí son mayormente ejemplos mexicanos de un proceso que está procediendo a escala mundial. Sociedades alrededor del mundo están abjurando de los modelos dominantes para mejorar su calidad de vida a favor de forjar nuevos caminos para asegurar su bienestar, concentrando en sus necesidades básicas, y el equilibro con sus ecosistemas. Parte integral de este proceso es negociar su autonomía frente a las crecientes presiones para que integren a la economía nacional y sucumben a la lógica de las racionalidades mercantiles fincada en el beneficio individual y la valorización monetaria de las relaciones sociales y los recursos naturales. 
 .
27 La evidencia para esta dinámica es abundante. Algunos intelectuales comprometidos han insistido en su importancia política y práctica (Castoriadis, 2005; Santos, 2009). Sin embargo, muchas sociedades en todo el hemisferio están avanzando con sus propias respuestas que trasciendan estas propuestas; lo están haciendo sólo, o en alianza con otros agentes, para defender sus territorios, sus culturas, más aún, su propia existencia como “pueblos originarios”. Llama la atención el volumen de literatura documentando estos esfuerzos, tanto los que están actualizando las costumbres tradicionales de los que defiendan sus herencias cosmológicas y productivas (Toledo y Barrera Bassols, 2008), así como los que están buscando nuevos caminos, que ellos pueden controlar directamente (e.g., Baronnet, et al., 2011; Zermeño, 2010). En todas partes del mundo es factible ahora encontrar grupos directamente creando sus propias reservas naturales, intensificando su capacidad de producir sus necesidades básicas, y consolidando sus alianzas con otras comunidades; estas acciones están fincadas en su convencimiento que tendrán que fortalecer sus propias formas de auto-gestión y su capacidad de evitar integración (Borrini-Feyerabend, et al., 2007; Borrini-Feyerabend, 2010).
 .
28 La construcción de nuevos paradigmas –un nuevo paradigma social– para “otros mundos mejores” ha estado en proceso por mucho tiempo. A diferencia de la presentación ortodoxa de la multidisciplinariedad y la interculturalidad, el diálogo de saberes incorpora de manera explícita el rechazo de la concentración del poder frente a la posibilidad de la “negociación” y “democratización del conocimiento”. Presenta, entonces, el reconocimiento de los saberes –autóctonos, tradicionales, locales– que aportan sus experiencias y se suman al conocimiento científico y experto; pero implica la ruptura de una vía homogénea hacia la sustentabilidad; es la apertura hacia la diversidad que rompe la hegemonía de una lógica unitaria y va más allá de una estrategia de inclusión y participación de visiones alternativas y racionalidades diversas… La construcción de otros mundos está en proceso – ¡ofrece esperanzas insospechadas! –. 
 .
Bibliografía
 .
Barkin, David (2010), “Incorporating indigenous epistemologies into the construction of alternative strategies to globalization to promote sustainable regional resource management.” En: Esquith, Stephen y Gifford, Fred, (Eds.), Capabilities, Power and Institutions. Towards a more critical development ethics. College Station, PA, Pennsylvania State University Press, pp. 142-161.
 .
Barkin, David (2009), “Principles for constructing alternative socio-economic organizations: Lessons learned from working outside institutional structures.” Review of Radical Political Economics. Vol. 41(3):372-379.
Barkin, David (2008), “Reconsiderando las alternativas sociales en México: Estrategias campesinas e indígenas.” En: Jiménez Guillén, Raúl, et al., Coords., El desarrollo hoy en América Latina. Tlaxcala, Colegio de Tlaxcala, pp. 97-107.
 .
Barkin, David (2002), “The Reconstruction of a Modern Mexican Peasantry.” The Journal of Peasant Studies. Vol. 30(1):73-90.
 .
Barkin, David y Blanca Estela Lemus (2011), “La Economía Ecológica y Solidaria: Una propuesta frente a nuestra crisis.” Sustentabilidades, No. 5. http://www.sustentabilidades.org/revista/publicacion-05-2011/la-economia-ecologica-y-solidaria-una-propuesta-frente-a-nuestra-crisis  
 .
Barkin, David y Carlos Paillés (1999), “El agua y el bosque como instrumentos para el desarrollo sustentable en Huatulco.” En: Flórez, Margarita, ed., Agua pasó por aquí: Experiencias sociales de manejo sustentable. Una alternativa a la privatización. Bogotá, Instituto del Tercer Mundo e Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos, pp. 113-123.
 .
Barkin, David y Miguel Ángel García (1999), “La Estructura Social de la deforestación en México, México, CONAF, pp. 41-55. Disponible en: http://www.wrm.org.uy/deforestation/NAmerica/Mexico.html  
Barkin, David, Lourdes Barón León y Marío Alvizouri Mu_oz (2003), “Producción de Carne de Puerco «Lite» como Estrategia de Desarrollo Sustentable para Campesinos Michoacanos.” Espiral: Estudios Sobre Estado y Sociedad, Vol. IX(26):109-134.
 .
Barkin, David, Mario Fuente y Mara Rosas (2009), “Fortaleciendo la tradición, innovando. Aportaciones campesinas en la orientación de la innovación tecnológica para forjar sustentabilidad.” Trayectorias. Vol. 11(29):39-54.
 .
Barkin, David, Mario Fuente y Daniel Tagle (2012), “La Significación de una Economía Ecológica Radical,” Revista Iberoamericana de Economía Ecológica, Vol. 19(1).
Baronnet, Bruno, Mariana Mora Bayo, y Richard Stahler-Sholk (Comps.) (2011), Luchas ‘muy otras’. Zapatismo y autonomía en las comunidades indígenas de Chiapas. México, UAM-Xochimilco, CIESAS, UNACH.
 .
Borrini-Feyerabend, Graciela, Michel Pimbert, M. Taghi Farvar, M. Taghi, Ashish Kothari, Yves Renard (2007), Sharing Power: A global guide to collaborative management of Natural Resources. Gland, Switzerland, IUCN (available from Earthscan Publishers, London)
 .
Borrini-Feyerabend, Graciela (2010), Bio-cultural diversity conserved by indigenous peoples & local communities— examples & analysis. Teheran, ICCA Consortium and CENESTA.
 .
Castoriadis, Cornelius (2005), Escritos políticos, Madrid, Libros de La Catarata.
 .
Chomsky, Noam (1967), “The Responsibility of Intellectuals.” The New York Review of Books. (Febrero 23):30. Disponible en español en: http://www.partidohumanistacanarias.org/RESPONSABILIDADINTELECTUALES.pdf   
 .
Esteva, Gustavo, et al. (1980), La Batalla en el México Rural. México, Siglo XXI editores.
 .
Feder, Ernest (1978), “Campesinistas y descampesinistas. Tres enfoques divergentes (no incompatibles) sobre la destrucción del campesinado.” Revista del México Agrario, Vol. 11(1): 13-66; republicado en: Flores, Edmundo, Ed. Desarrollo Agrario y la América Latina. Lecturas del Trimestre, No. 1. México, Fondo de Cultura Económica, 1984.
 .
Fuente Carrasco, Mario E. (2009), “Interculturalidad y conflictos ambientales distributivos. Procesos de construcción de nichos de sustentabilidad desde las comunidades de la Sierra Juárez de Oaxaca.” Tesis de Doctorado en Ciencias Ambientales, Tlaxcala, Universidad Autónoma de Tlaxcala. 
 .
Georgescu-Rögen, Nicolás (1971 [1996]), La ley de la entropía y el proceso económico. Madrid, Fundación Argentaria/Visor. 
 .
González Casanova, Pablo (2010), “¿Que es lo que no conocemos?”, Ponencia presentada en el Seminario Internacional de Reflexión y Análisis, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Cideci, Universidad de la Tierra. Disponible en: http://www.kaosenlared.net/noticia/audios -Mexico-seminario-internacional-reflexion-analisis
.
Illich, Iván (1985), La Convivencialidad. México, Joaquin Mortiz.
.
Mauss, Marcel (1979 [1925]), “Ensayo sobre el don, la forma y la razón del intercambio en las sociedades arcaicas.” En: Sociología y Antropología, Madrid, Ed. Tecnos. 
.
Martínez Luna, Jaime (2003), Comunalidad y Desarrollo. México, CONACULTA y CAMPO, A.C.
.
Polanyi, Karl (2003 [1957]), La Gran Transformación: Los orígenes políticos y económicos de nuestros tiempos. México, Fondo de Cultura Económico.
.
Sahlins, Marshall (1983 [1972]), Economía de la Edad de Piedra. Madrid. Akal.
.
Sahlins, Marshall (1972), “The Original Affluent Society.” En: Delaney, Carol Lowery. Ed. Investigating culture: an experiential introduction to anthropology. Oxford, Blackwell. pp. 110-133.
.
Robles Hernández, Sofia y Rafael Cardoso Jiménez (2008), Floriberto Díaz. Escrito, “Comunalidad, energía viva del pensamiento mixe”. México, UNAM, Programa Universitario México Nación Multicultural. (La Pluralidad Cultural en México; 14).
.
Rosset, Peter y María Elena Martínez Torres (2012), “Rural Social Movements and Agroecology: Context, Theory, and Process.” Ecology and Society. 17(3).
 .
Schmidt, Alfred (1978), El concepto de naturaleza en Marx. Madrid, Siglo XXI.
.
Santos, Boaventura de Sousa (2009), Una epistemología del Sur. La reinvención del conocimiento y la emancipación social, México, CLACSO-Siglo XXI.
 .
Toledo, Víctor Manuel y Nicolás Barrera Bassols (2008), La memoria biocultural: La importancia ecológica de las sabidurías tradicionales. Barcelona, Icaria.
.
Villoro, Luis (2010), “Frente al Sistema Capitalista Mundial”, Ponencia presentada en el Seminario Internacional de Reflexión y Análisis, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Cideci, Universidad de la Tierra.
Disponible en: http://www.kaosenlared.net/noticia/audios-Mexico-seminario-internacional-reflexion-analisis 
.
Wolf, Eric (1987 [1982]), Europa y la gente sin historia, México, Fondo de Cultura Económica.
 .
Zermeño, Sergio (2010), Reconstruir a México en el Siglo XXI: Estrategias para mejorar la calidad de vida y enfrentar la destrucción del medio ambiente, México, Océano.
 .
Notas
 .
1  Noam Chomsky (1967) planteó el mismo cuestionamiento hace casi medio siglo en el horrífico contexto de la complicidad de los intelectuales en diseñar las acciones bélicas contra los pueblos de Indo-China y en la persecución de la guerra fría a escala global.
 .
2  Definido como “La permanente dedicación a la retribución (servicio) a la tierra, a la naturaleza y a la comunidad humana.”
 .
3  Para una reseña del debate sobre los campesinistas y descampesinistas, véase Feder (1984), Esteva, et al., (1980). Una visión mexicana actualizada se encuentra en Barkin (2002).
 .
4  Por cierto, el gobierno mexicano canceló este programa de asistencia técnica inglés cuando se hizo evidente que las organizaciones locales demostraron un exceso en sus demandas para la autogestión y el control de sus propios recursos.
 .
Para citar este artículo
 .
Referencia electrónica
David Barkin, « Hacia un Nuevo Paradigma Social », Polis [En línea], 33 | 2012, Puesto en línea el 17 diciembre 2012, consultado el 21 marzo 2013. URL : http://polis.revues.org/8420  ; DOI : 10.4000/polis. 8420   
 .
Autor
David Barkin
 .
Universidad Autónoma Metropolitana – Campus Xochimilco, Ciudad de México, México. Email: barkin@correo.xoc.uam.mx   
 .  
Artículos del mismo autor
.
Hacia la construcción de un nuevo paradigma social
Publicado en Polis, 33 | 2012
¿Es posible un modelo alterno de acumulación?
Una propuesta para la Nueva Ruralidad
Publicado en Polis, 13 | 2006
Reconsiderando las alternativas sociales en México rural [Texto integral]
Estrategias campesinas e indígenas
Publicado en Polis, 15 | 2006
-
Ir a la portada de Orbe Quince

1 comentario:

Anónimo dijo...

Howdy! Someone in my Facebook group shared this site
with us so I came to take a look. I'm definitely loving the information. I'm bookmarking and
will be tweeting this to my followers! Wonderful blog and wonderful style and design.


Take a look at my web-site ... click here