Etiquetas

- A Perfect Neutrality: Spain's Strategy in Saint-Domingue's Revolution 1791-1795. Antonio J. Pinto - - Arturo Úslar Pietri y el necesario diálogo en Venezuela- --Bartolomé de Las Casas y los 200 Labradores llegados de Antequera - --Benedicte Ledent: Caribbean Literature. Looking Backward and Forward- --Caminos de la Colonia de Santo Domingo- --Pobreza colonial y mestizaje - Una República Colonial -- -1795 Santo Domingo y Madrid -Charles Seguin. Un asombroso empresario. Por Carlos Szwarcer- -David Barkin: Hacia un Nuevo Paradigma Social- -De una historia parcial a la Historia total- -Dominican Republic: Country hubridization model ethnic- -El anti-haitianismo dominicano y el anti-dominicanismo haitiano -El Carácter Autónomo de la Marcha de la Historia- -Gobernadores de La Española s. XVI XVII XVIII - Fray Cipriano de Utrera- -Hilde Domin. hija adoptiva de República Dominicana. Nur Eine Rose als Stütze. Traducción- -Hubo más europeos esclavizados por los musulmanes que esclavos negros enviados a América- -Inmigrantes europeos en USA: inicios de una diferencia- -La Clase Media que se activa- -La crisis de los misiles de 1962 y sus repercusiones en República Dominicana -La cultura popular hispano-dominicana ante la paz de Basilea: las décimas de Meso Mónica- -La Soledad de la Clase Media Minoritaria - -Los apártidas como fuerza política- -Mutilación de la consonante 'S' en el Caribe hispanohablante- -Parto Social- -Pasado presente y futuro de las literaturas caribeñas Por Benedicte Ledent Universidad de Liege Bélgica- -PRD: Controlar un tesoro- -Rechazo y aceptación de los ancestros africanos- -Rep. Dominicana De la Restauración a la verdadera influencia estadounidense 1868-1880. José Lee Borges- -Romance de las Invasiones Haitianas- -Síntesis Dominicana- -Toussaint Louverture en Santo Domingo en 1801. Testimonio de una testigo - -Una estudiante catalana en República Dominicana. ¿Existe un pensamiento antropológico dominicano?. Martha Ellen Davis (Ph.D.) -- ¿Inversión de Valores o Lucha de valores Sociales? 1939-1940 El exilio de Republicanos Españoles a Rep. Dominicana -- An extinct relict monkey from the Dominican Republic - Ana Bringas López Univ de Vigo / Una aproximación a la Literatura caribeña en lengua inglesa 3/3-- Andrea Levy / Esta es mi Inglaterra - Andrea Levy / This is my England -- Antihaitianismo Histórico y antihaitianismo de Estado / Frank Moya Pons - Antropologia Estructural C. Levi Strauss Arqueologia: una tradición Mutilación Dentaria Alexa Voss BAJO EL SIGNO DE LA AMENAZA Y LA SUPERVIVENCIA - LAS ENERGIAS OCULTAS DEL PUEBLO DOMINICANO Bandidos Sociales Raúl O.Fradkin- Bartolome de Las Casas and the 200 Farmworkers from Antequera Málaga Bartolomé de Las Casas y La Esclavitud Luis N. Rivera P. Carlos IV y Godoy - Carlos Szwarcer: Del Patio al Universo - Carta del Arzobispo de Santo Domingo al Rey Carlos IV de España en 1790* - Culturas Hibridas Néstor García Canclini - Das Neutrale Pronomen 'Ello' im Dominikanischen Spanich... - De Juan Bolívar Díaz a J.F. Lyotard De lo Natural a lo Histórico: Una frontera difusa- Decreto de Lous Ferrand General francés Comandante en Jefe del Santo Domingo ocupado militarmente por Francia. Enero 1805 El Comercio entre Santo Domingo y Andalucia - El español de Santo Domingo y el español de España M.Alvar El Español en Julia Alvarez Alicia de Gregorio Ph.D - El Historico progreso del pueblo dominicano: Costos y Consecuencias-- El intelectual haitiano Jean Price Mars explica la dramática retirada de J.J. Dessalines de Santo Domingo en 1804 El nivel y structura de Precios de los Esclavos en las plantaciones cubanas - El pirata Francis Drake en Santo Domingo El Pronombre 'Ello' en el léxico del español dominicano -- El pueblo dominicano a 50 años de Trujillo - El Tatado de Basilea 1795 MA Peña Batlle - Ensayo sobre RAZA Y RACISMO- España en el imaginario mexicano - Facer la America F. Jóvine Generaciones Sociales y sociológicas Iñaki García Univ Carlos III Madrid - Hibridación étnica Historia de Santiago de Cuba. Por Luis Acosta Brehal (1 de 3 para OQ) Historia de Santiago de Cuba. Por Luis Acosta Brehal (parte 2 de 3) Historia de vida: Los Refugiados Españoles a Rep. Dominicana 1939-1940 - - Interview avec Jean-Marc Pasquet - J.J. Dessalines Diario de la Campaña de Santo Domingo 1805 La Competencia Mestiza E.Cunin - La Habana Por Hacer Elizabeth Burgos - La Identidad Cultural: Mitología de Brujos y Curanderos de Nuestras Facultades: David Arias.- La madre en el drama histórico de la isla - Por Juan Bosch La ocupación de Santo Domingo por Haití Manuel de Js. Troncoso Texto íntegro - LA POCO CONOCIDA GENIALIDAD DE LOS LIDERES POLITICOS DOMINICANOS DEL SIGLO XIX Las Consecuencias Económicas de la Independencia Iberoamericana Carlos Newland Universidad Carlos III Madrid - LIVERPOOL PAPERS 1791 (15) - Los Campuzano-Polanco Una familia élite colonial de Santo Domingo Ruth Torres Agudo - Los Judíos en el destino de Quisqueya- Los Procesos y la larga duracion S.Rivero S. Los verdaderos Restos de Colon están en Santo Domingo / C.A. Deive y M. A. García A. - Manuel Giménez Fernández: Política Inicial de Carlos I en Indias - Mariana Past Ph.D: Representación y explotación: La Revolución haitiana - Migración Haitiana: Racismo y Nacionalidad. Franklin Franco-- Negros de Mentira y Blancos de verdad / F. Henríquez G. - Nuestros ancestros directos ¿cuántos son? - Nuevas Tendencias del Americanismo Historia Problema -- Occidente ocabó con la Esclavitud Daniel Rodríguez Herrera - Orbe Quince Pasado y presente de la Esclavitud Mauro F. Funes - Posible Origen Portugués de la i cibaeña - - República Dominicana y Haití: el Perdón Mutuo Bernardo Vega - República Dominicana: país modelo de hibridación étnica Slavery and Slaving Joseph Miller -- The Colonial citizen of New York City; a comparative study - The Dominican Republic A National Histoy Frank Moya Pons- Un siglo de España: Centenario 1898-1998 - Una Opción para los pobres: De Bartolomé de Las Casas al Pensamiento de la Liberación - UNA POLÉMICA HISTORIOGRÁFICA - ESCLAVOS IRLANDESES Visiones del mestizaje Pedro L. San Miguel

23.5.10

El pirata Francis Drake en Santo Domingo




-Francis Drake, ídolo británico en su lucha contra España-


Texto transcrito del libro “Sir Francis Drake. The Queen’s Pirate”

(Francis Drake. El Pirata de la Reina).

Autor: Harry Kelsey (escritor inglés)

 

Introducción

Durante cuatro siglos han ido apareciendo con cierta regularidad en las bibliotecas y librerías nuevos libros sobre Francis Drake. En los últimos años el porcentaje ha sido aproximadamente de uno por año, y no sin razón. Drake realizó proezas que pocos han conseguido igualar. En un primer momento atrajo a atención del mundo europeo por sus ataques a lo largo de todo un año a los puertos y barcos de la España colonial. En una de sus huidas tras estas incursiones acabó dando la vuelta al mundo, travesía increíble que le llevó casi tres años; robó y viajó tanto que nadie recordaba hazañas semejantes. Así es como Drake pasó a ser la comidilla de todas las capitales europeas, cuyos habitantes ansiaban saber con exactitud cómo era ese hombre.

Este es, al parecer, el problema: dar con la historia verdadera. Drake gustaba de agasajar a sus amigos con historias –no necesariamente hechos verídicos- sobre sus grandes empresas, para lo cual no le faltó ayuda. El gobierno inglés fabuló diversos episodios sobre su viaje alrededor del mundo, que quedaron realzados con los vivos relatos ofrecidos por las víctimas de sus depredaciones. Los cronistas ingleses y de otros muchos lugares echaron leña a la confusión aportando datos biográficos, en parte habladurías y en parte especulaciones; además, sus familiares, quienes debieran conocer los hechos, contribuyeron al acopio de notas de carácter mítico. En consecuencia, el Drake que surgió de estas fuentes fue el hombre al que habría aspirado todo viejo pirata: una figura heroica, valerosa y justa, aunque un tanto pedante y sermoneador, así como increíblemente piadosa. Esta imagen de Drake se parece muy poco a la del joven granjero oriundo de Devon, que un día se hizo a la mar, se convirtió en pirata, se enriqueció, trabó amistad con la reina Isabel de Inglaterra, y se las ingenió para que lo armaran caballero.

Francis Drake en Santo Domingo:

La primera recalada en las Indias Occidentales la efectuaron en la isla de Dominica, a la que llegaron el 18 de diciembre. Aquí algunos hombres bajaron a tierra, en donde hicieron aguada y trocaron cuentas por pan de mandioca. Los nativos parecían gentes cordiales, y los ingleses, debilitados por la enfermedad, se mostraron ansiosos durante su permanencia allí, que duró un día. El 19 de diciembre la flota levó anclas, esta vez con rumbo noroeste, siguiendo la línea de islas, en dirección a La Española. Reparando el día de Navidad en la isla de San Cristóbal, Drake envió a tierra a los enfermos con la esperanza de que el clima saludable favoreciera su recuperación. Otras veinte personas fallecieron en la isla. Echándose una vez más a la mar tras una estancia de cuatro días en dicha isla, Drake capturó una pequeña embarcación cuyo piloto le guió hasta el puerto siguiente.

El 1 de enero de 1586 la flota de Francis Drake arribó a Santo Domingo, en donde el corsario desembarcó a mil hombres, que tomaron la localidad

Fue otra maniobra nocturna, al parecer la preferida por Carleill y Drake. Subiendo a bordo de las pinazas en la noche del 31 de diciembre, cuando todavía estaban mar adentro, las tropas pisaron tierra a primera hora de la mañana del primero de año, a unas siete u ocho millas al oeste de la ciudad, sin encontrar resistencia.

La noche previa a su llegada, las autoridades españolas habían recibido el aviso de que la flota estaba próxima, pero no se preocuparon lo más mínimo. Y es que todos aseguraban que el desembarco era imposible, pues antes tendrían que vérselas con la lluvia de fuego de los cañones del castillo. Sin embargo, luego pensaron que quizá podrían desembarcar en la Playa de Guibia, aunque allí ya había montada una reducida guardia que daría la voz de alarma en caso de que los piratas lo intentaran. Santo Domingo contaba con defensas naturales que la protegía de un ataque, aunque no las suficientes, como quedaría de manifiesto. El canal de entrada al puerto quedaba protegido por un banco de arena sobre el cual los españoles hundieron dos o tres naves a fin de dificultar aún más, si cabe, su entrada. Dentro de la barrera tomó posiciones una galera artillada bajo la capitanía de un curtido oficial de marina, Diego de Osorio, con el objetivo de servir de apoyo a los cañones de los fuertes. Una vez efectuados estos preparativos, aparentemente todo el mundo se relajó.

La verdadera debilidad de la plaza española sólo quedaría al descubierto con posterioridad. Santo Domingo carecía de guarnición y las fortificaciones eran deficientes. Las murallas que se observaban en los detallados planos que Batista Boazio trazó tras su ocupación son en su mayoría imaginadas, pues principalmente no eran más que una mera línea de arbustos y pequeños árboles. La milicia ciudadana pobremente armada y sin entrenar fue convocada para defender la plaza: lucharían contra un ejército inglés muy bien preparado y entrenado. Al menos, esto es lo que Drake esperaba encontrar tras haber visto las defensas españolas en anteriores visitas al Caribe y en las más recientes a los puertos del Pacífico.

Lo que se desconoce es precisamente el modo en que Francis Drake y Carleill decidieron desembarcar en el punto en que lo hicieron. La creencia oficial aseguró que el piloto español que habían apresado les informó sobre la playa de Hayna, pero es probable que Francis obtuviera información acerca de Santo Domingo a través de marineros suyos que con anterioridad habían visitado el lugar en mercantes. Con independencia de cuál fuera la fuente de información, se sabe que el corsario resolvió desembarcar a sus tropas en Hayna dirigiéndose a la ciudad. Entretanto, sus galeones se apostaron frente al puerto, listos para prestar apoyo artillero cuando fuere necesario. Marchando en cabeza a bordo del Francis, Drake condujo las pinazas hasta Hayna, pasada la ciudad, desde donde presenció el desembarco de sus hombres que saltaban entre el oleaje para luego adentrarse en la jungla hasta Santo Domingo. La sorpresa de los españoles sería mayúscula. Pese a que habían visto pasar las naves de asalto, creyeron imposible un desembarco. Entonces una pequeña fuerza montada salió a batir el terreno, pero eran demasiados pocos como para lanzar una resistencia efectiva.

Se produjo un cierto intercambio de disparos, a resultas de los cuales un jinete español murió, y el resto salió huyendo para dar la voz de alarma. Conforme el ejército inglés fue llegando a la ciudad, sus habitantes corrieron a poner tierra por medio. Para defender la plaza, las fuerzas españolas únicamente tenían 150 hombres, que retrocedieron hasta la Puerta de Lenba, formada por portales de piedra, sin puertas propiamente dichas. Aquí, a unos quince metros, comenzaba la muralla de la ciudad, lugar que constituía un lugar razonablemente bueno para establecer la línea defensiva. En este punto se alinearon unos cuantos cañones españoles, y se lanzó una salva que dio muerte a uno de los soldados ingleses que se encontraba al lado de Carleill. Aquella sería la última descarga que efectuaron los cañones enemigos. Escudados por el fuego artillero que emanaba de los barcos de Drake, los hombres de Carleill se apoderaron de los cañones españoles antes de que sus artilleros los pudieran recargar, lo que contribuyó a la huida de los españoles. Poco después los ingleses entraban en la ciudad.

Debacle y pillaje:

En el frente español el clima de caos era total. Durante la refriega alguien dio la orden de liberar a los esclavos de los galeones, quienes en vez de prestar ayuda a los defensores, tal y como cabía esperar, se unieron de inmediato a la soldadesca inglesa que deambulaba por las calles, arramblando y saqueando todo aquello que se encontraba a su paso. Algunos soldados españoles no se movieron de la fortaleza hasta la tarde del día siguiente, momento en el que salieron huyendo. Era la peor debacle que podía imaginarse y supuso una humillación para el ejército español y la Corona.

Estando a buen recaudo dentro de la ciudad y nuevamente victoriosos, Caleill fijó su perímetro de defensa, y Drake condujo la flota hasta el interior del puerto. Durante varios días sus hombres estuvieron saqueando la población, realizando pillajes, quemando casas, en definitiva, sembrando el terror y la confusión. Finalmente se presentó un emisario español con el propósito de inquirir qué es lo que pedían los ingleses por su marcha. Un millón de ducados a cambio, recibió por respuesta. Era imposible. Antaño sede de la Audiencia de Indias y de la Gobernación, el máximo poder español en el Nuevo Mundo, Santo Domingo era en 1586 un puesto de avanzada aislado, pobre y escasamente poblado, que vivía del recuerdo de una gloria marchita. En toda la región no había ni oro ni plata suficiente para saciar las demandas de Drake. Tan escasos eran los recursos de estos metales preciosos que la Casa de la Moneda se había visto obligada a acuñar monedas de cobre como moneda para uso local.

Las conversaciones entre los negociadores ingleses y españoles se dilatarían durante tres semanas más. Al término de cada sesión infructuosa, Drake deba órdenes de quemar otra parte de la ciudad, otra iglesia, otro convento. Cuando por fin se dio cuenta de que sus habitantes no podían pagar un sustancioso rescate, se llegó a un arreglo. Reuniendo el plato que el obispo de Santo Domingo había conseguido y salvar de la catedral, los anillos y los pendientes entregados por las mujeres, y gracias a la mayoritaria aportación de varios comerciantes, que abonaron el resto, finalmente lograron reunir la suma de 25,000 ducados.

Drake y sus tropas también saquearon todo lo que encontraron en las viviendas. Se llevaron todos los bienes muebles y quemaron todo lo que pudiera ser pasto de las llamas, como por ejemplo el galeón español, que en el momento del ataque estaba siendo reparado. Pero las construcciones y los edificios públicos eran de tal solidez, al estar construidos con piedra, que se negaron a desplomarse. No obstante, pese a las tropelías cometidas, el botín fue muy exiguo, salvo por una remesa de comida, varios cientos de cueros y algunas vestimentas sencillas.

No cabe duda de que la toma del asentamiento español fue una clara victoria para las tropas inglesas, aunque no fue la grandiosa batalla que a menudo se ha descrito. La versión oficial fue redactada hace un siglo por el historiador Julian Corbett. En su narración, los soldados ingleses derrotaron a una gran fuerza de soldados profesionales españoles en una plaza muy bien fortificada, si bien no es así como realmente sucedió. Su afirmación de que los esclavos que habían escapado –los denominados “cimarrones”- habían ayudado a desembarcar a las fuerzas inglesas tampoco se sostiene. Cierto es que un grupo de renegados y galeotes españoles se unieron a los ingleses después de la toma de la ciudad, mas no teneos constancia de que las autoridades españolas consideraran a ninguno de ellos como participantes en el ataque. En cualquier caso, Drake y sus tropas no necesitaron la colaboración de nadie, ya que la milicia ciudadana apenas opuso resistencia.

Negociaciones para la retirada:

Cuando estuvo preparando la historia de la expedición de Drake a las Indias Occidentales con vistas a su publicación un par de años después, se añadieron algunos relatos curiosos con los que se pretendía hacer más atractiva la historia para el lector inglés y, de esta manera, modificar la opinión popular que se tenía sobre el pirata caballero. Uno de estos episodios aparecería más tarde en dos de las crónicas inglesas que abordaron el tema de la ocupación de Santo Domingo, aunque en las fuentes españolas en modo alguno se plasmó. Según el marinero que redactó el cuaderno de bitácora del Prinrose, un soldado español montado a caballo apareció un buen día enarbolando la bandera de paz. Pero por alguna razón sin concretar muy bien en la historia. Drake envió a un muchacho negro para averiguar los deseos de aquel hombre. Entonces, tras intercambiar unas breves palabras con el chico, el español de pronto le clavó el asta de la pica, que atravesó su cuerpo. Cuando los negociadores españoles hicieron acto de presencia al día siguiente para hablar con el pirata, éste estaba iracundo y exigió el ahorcamiento del hombre que había matado al muchacho de color. Además, en represalia, mandó ahorcar a dos frailes prisioneros suyos. “Aquel día llegaron los españoles y se llevaron a los religiosos, y tres días después colgaron al hombre que había dado muerte al muchacho negro en el mismo lugar en el que se había ahorcado a los frailes”. La historia se repite con algunos añadidos en las ediciones impresas del A Summer True Discourse, aunque se piensa que no aparece en el manuscrito original.

Como todos los mitos, puede que el anterior tenga una base de verdad. Un romance español que algún tiempo después compusiera Juan de Castellanos nos habla de dos viejos frailes de los que unos hombres de Drake torturaron y mataron en su monasterio. Sin embargo, no hay una similitud básica entre ambos incidentes, y los dos bien podrían ser producto de la imaginación, pese a que, por lo visto, el relato inglés de la expedición parece respaldar la versión de Castellanos. El autor del diario del Leicester contó que él tomó parte en un destacamento cuya misión era quemar la ciudad de Santo Domingo: “Cuando llegamos a la ciudad incendiamos una abadía en la que yacía sin vida un fraile anciano, al cual habían dado muerte una multitud de soldados desmandados. También prendimos fuego a otras casas”.

Efectivamente, los hombres de Drake no dejaron en pie ninguno de los conventos, monasterios e iglesias con los que se fueron topando, y a su paso destruyeron imágenes, altares, verjas ornamentales y coros, intentando quemar todo aquello que no podían destrozar. Todos estos pillajes quedaron registrados en los informes que se enviaban a la metrópoli. No obstante, en ellos de modo alguno se mencionaba el asesinato de los dos eclesiásticos inocentes, quienes a buen seguro habrían aparecido en las crónicas oficiales, de haber sabido las autoridades lo sucedido. Si las fuentes españolas no dieron parte de la muerte que menciona el autor del diario del Leicester, quizá se deba a que el cuerpo se consumiera en las llamas. También es posible que los funcionarios españoles estimaran que el anciano, a quien se le sabía enfermo, hubiera fallecido poco antes a consecuencia de su enfermedad.

Drake parte hacia Cartagena de Indias (Colombia):

Otra historia, ésta sin tintes imaginarios, habla de la captura por parte de Drake de un blasón que halló colgando del edificio de la Audiencia. La insignia portaba el lema del rey Felipe II: Non Sufficit Orbis, “El mundo no basta”. Cuando los negociadores españoles arribaron para abordar el tema del rescate, Drake les rogó que le trajeran la divisa, pero sumamente avergonzados, éstos se negaron a soltar prenda. A continuación uno de los hombres del corsario señaló que tal vez la reina Isabel obligaría al monarca español a “desprenderse de su orgullo y desmedida vanidad”. Luego, una vez efectuado el pago del rescate, los negociadores españoles pidieron que les fuera devuelta la insignia, aunque sólo recibieron la tajante negativa de Drake.

Durante la larga estancia en Santo Domingo, la disciplina volvió a convertirse en un grave problema. Esta vez varios oficiales se vieron implicados en duelos. La tripulación también comenzó a pelearse y Francis se vio obligado a encerrar a unas treinta o cuarenta personas en dos capilla de la catedral, que improvisó como cárceles. Además, colgó a un irlandés al que acusó de asesinato. Los problemas luego se trasladaron al capitán Knollys, quien seguía negándose a prestar el juramento de fidelidad exigido por Drake. Tras varios encuentros adicionales y una larga carta de Knollys al pirata, pidiendo justicia, Drake acabó relevándole de su mando y lo trasladó al ‘Hawkins’, con la promesa de enviarle en breve a Inglaterra.

Después de treinta y un días de ocupación de Santo Domingo, Francis volvió a embarcar una vez más a su flota. Ahora era más numerosa que cuando llegaron. En el puerto había fondeado u buque mercante propiedad de un tal Juan Antonio Corso, que un admirado Francis Drake tomó a cambio de uno de sus barcos que presentaba vías de agua. Se trataba de una voluminosa nave de 400 toneladas. También había una embarcación de 200 toneladas que el pirata igualmente hizo suya; ambas adquisiciones las bautizó con el nombre de New Year’s Gift y New Hope respectivamente. Los navíos que abandonó fueron el Benjamín y el Scout. Asimismo, tomó del puerto otras tres naos españolas diminutas, una de ellas una fragata que acababa de ser botada pocos días antes de su aparición. En el puerto también halló una galera, aunque estaba en malas condiciones y parcialmente desmantelada para ser carenada. Remolcándola hasta mar adentro, allí le prendieron fuego, junto a los barcos de Drake con vías de agua y otros buques allí atracados que no deseaba llevarse consigo.

Junto con sus embarcaciones, Drake se llevó hasta la última pieza de artillería que encontró, como unos setenta cañones de todos los tamaños, que cargó en el barco del Corso. En él asimismo iban algunos galeotes, que tan bien le vinieron para cubrir los puestos vacíos de las castigadas tripulaciones inglesas. Otros, en cambio, se internaron en las colinas. Lo mismo puede decirse de muchos esclavos de color. Así pues, mientras que algunos se fueron con el pirata, otros se unieron a los cimarrones de las montañas.

Desde Santo Domingo, Drake condujo la flota directamente hasta el sur del continente (a Cartagena de Indias, Colombia/nota de PSR).

Texto transcrito del libro “Sir Francis Drake. The Queen’s Pirate” (Francis Drake. El Pirata de la Reina). Autor: Harry Kelsey. Primera edición 2002. Traducido al español por Aurora Alcaraz. Impreso en España por Editorial Ariel. S. A. – Digitado por Pedro Samuel Rodríguez para Orbe Quince. Los correspondientes permisos se gestionan con los dueños del Copyright.
Sto. Dgo, Rep. Dom., 9/2011.
Los apartados en negritas son del transcriptor
-
Ir a la portada de Orbe Quince


-
































 




1 comentario:

knoppix dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.