17.11.12

La Clase Media que se activa


La Clase Media dominicana participando en escenarios de luchas sociales


Por Pedro Samuel Rodríguez

No es tan simple como parece. En términos políticos no se trata de más de lo mismo. Primero las manifestaciones del “Estoy Jarto”; luego por el 4% para la educación; ahora contra la Reforma Fiscal. Estos movimientos, aunque aún se presenten con objetivos relativamente difusos, podrían ser el inicio de una revolución pendiente por décadas, protagonizada por una Clase Media minoritaria, harta de la manipulación de políticos que se promueven subsidiando a la marginada Clase Mayoritaria de votantes a costa de ella.

Se trata de un conjunto de justicieros movimientos que a corto o a mediano plazo darán al traste con la forma tradicional de hacer política y con la atrasada visión que hasta hoy prevalece, en donde la relación de las dirigencias políticas con la minoritaria y desamparada Clase Media, se ha tornado  descaradamente utilitaria.

Y es que, hasta los tiempos presentes, la casi total ausencia de los escenarios en donde se traban las luchas y las fricciones sociales, ha sido causa fundamental por la cual la minoritaria Clase Media dominicana no obtuvo previamente el curtimiento necesario ni la clara conciencia de clase que le hubiese capacitado para haber asumido la defensa de los intereses que les son inherentes. Así, las debilidades exhibidas a causa de esas carencias, facilitaron su permanente manipulación y aprovechamiento desde las diversas instancias políticas.

No obstante, el entrenamiento ha empezado y los objetivos de esa Clase parece que se definen. Tales objetivos no se dirigen a la desaparición del sistema de partidos ni a la desestabilización de las instituciones sino al fortalecimiento de la democracia mediante la modificación de las tradicionales relaciones de la dirigencia política con dicha minoritaria Clase.

Pero no nos engañemos. Aún no todo individuo perteneciente a  las Clases Medias está integrado a estos movimientos. Desafortunadamente, una importante proporción de ellos permanece aún prisionera de sus estrechos ámbitos de clase, sumergida en estériles competencias consumistas y desgastándose en poses intrascendentes y banales.

Por fortuna, las adscripciones al segmento social de Clase Media que se ha activado, va en aumento. Asimismo, crece una adhesión de simpatía hacia estos movimientos, proveniente de individuos pertenecientes a la parte más lúcida de los Conglomerados Mayoritarios. Y es que  bien ponderado, todos estarán de acuerdo en que los resultados de tal coalición de fuerzas serán beneficiosos, porque con ella se lograría cohesionar lo más sano del conjunto social de la Nación, apartando a corruptos, vagos, aprovechadores y vividores sin importar la clase económica o social de la que provengan.

Una coalición de fuerzas que integre la experiencia histórica de marginalidad a que ha estado sometido el Conglomerado social Mayoritario, junto a la experiencia histórica de desamparo a que ha estado sometida la Clase Media, influirá necesariamente en la conformación de formas de gobiernos más justas y progresistas.

No es tan simple como parece. Los resultados finales de estos movimientos no son los tradicionalmente usuales. La oposición política no debe creer que de este proceso saldrá indemne y sin pagar un alto costo. Tampoco debe así creerlo el históricamente excluido Conglomerado Social Mayoritario. Incluso, que no piense la clase magisterial que los recursos generados por el 4% aumentarán automáticamente sus salarios. Tal vez esto sólo lo logre una élite de ella, capacitada y entrenada a partir de lo aprendido con profesores importados quien sabe si desde Cuba o España.La misma Clase Media podrá verse sometida a fuertes cuestionamientos e inéditas presiones. A mediano o a largo plazo, no será tan simple como hoy parece.

 Y es que la Clase Media no es tonta. Es ella el segmento social que ha auspiciado los más grandiosos y positivos cambios sociales en todo el mundo y en todas las épocas. Aquí sólo ha estado dormida aunque ahora parece demostrar con audacia su capacidad en recuperar el tiempo perdido.

Los actuales movimientos que observamos, parecerían ser exclusivamente contra el “paquetazo” y en contra de “los políticos que ocasionaron el hoyo fiscal”; pero resulta que al interior de esa minoritaria Clase Media dominicana subyace desde hace mucho tiempo unos históricas e irresueltos nudos, los cuales necesita sacudir con urgencia. Es por ello que, probablemente, la indignación de hoy sea apenas una suerte de inconsciente y necesario ejercicio de entrenamiento para futuras y prolongadas jornadas de fricciones y luchas en pos de la solución de tales históricas ataduras (ver nuestro escrito: "La soledad de la Clase Media minoritaria*).

Hoy, como era de esperarse, la Clase Media se despereza y su objetivo más trascendente podría ser su responsabilidad en recuperar el histórico protagonismo perdido que podría salvar el país del despeñadero que actualmente late con temerosa insistencia. Su debut participando en cuestiones de luchas sociales, representa además un novedoso reto para ella misma. El conjunto social hace tiempo reclamaba su presencia activa.

 La agitación que se ve empezar no es una elemental manipulación política. Al contrario, podrían verse resultados inversos a los tradicionalmente esperados. Probablemente, los argumentos que hoy se esgrimen en contra de una dirigencia política determinada no serían más que la punta de una suerte de iceberg socio-histórico cuyo impacto modificará las visiones que hasta hoy prevalecen. Por absoluta necesidad, estos movimientos lucen apuntar como primer y verdadero objetivo a un radical replanteo de la desfasada relación entre Conglomerado Mayoritario-Pobre, Segmento Social Minoritario de Clase Media y Dirigencia Política.

En términos generales, la Clase Media sabrá distinguir la diferencia entre una coyuntura política del momento y una artificiosa y permanente estructura partidista de manipulación utilitaria.

Dicho en otras palabras, la Clase Media subsidia una parte importante de los Servicios que el Conglomerado Mayoritario-pobre evade a causa de su desafortunada e histórica invalidez económica. Pero resulta que ese esquema posee un irritante y descarado artificio: el respaldo que la dirigencia política otorga al Conglomerado Mayoritario desposeído, resta a la vez importancia a la minoritaria y desamparada Clase Media, convirtiendo en perversamente utilitaria dicha relación en vista de que esa Clase Media no posee la capacidad de aportar el caudal de votos que sí le aporta el poderoso Conglomerado Social Mayoritario. En consecuencia, la minoritaria Clase Media es transformada en el forzado pivote que subsidia a una clase Mayoritaria que ignora el artificio y cuyo beneficiario final es el político que manipula a ambos.

En función de cantidad de votos aportados, la dirigencia política hace más promesas al Conglomerado numéricamente Mayoritario que a la Clase Media, resultando entonces que la Clase Media sea valorada no en función de su escaso número de votos sino por la utilitaria  función de simple bisagra, exprimiéndole con permanentes aumentos de impuestos y el pago de elevados servicios y arbitrios, tratando con ello cumplir lo prometido a la marginada Clase social Mayoritaria, la cual es la que verdaderamente le asegura los votos necesarios para el disfrute del poder político y el enriquecimiento.

No se trata de una humanitaria labor de compensación por una deuda social acumulada a favor de las grandes mayorías. Al contrario, cierta clase política utiliza el “piadoso” expediente con el fin de aferrarse al poder mientras agita el látigo hacia las costillas de las Clases Medias minoritarias. Es esta una inaceptable manipulación que raya en lo perverso y que la Clase Media no tiene intención de continuar tolerando.

El juego parece que termina y es esto una poderosa razón por la que la Clase Media empieza a tomar en sus propias manos la defensa de sus intereses, desenmascarando el ardid. En consecuencia, la lucha de la Clase Media es por la obtención de un nuevo orden político y social de relaciones.

Es precisamente el ponerle término a esa relación a lo que los movimientos sociales de la Clase Media apuntan como objetivo primario. El fin último no es el "Paquetazo Fiscal del PLD". Sería ingenuo y simplón el así creerlo. Ello es un medio para el adiestramiento; una estación en el trayecto. De lo que se trata, pues, es terminar con el permanente castigo de todas las dirigencias político-partidarias, motorizado mediante los engañosos y obsoletos esquemas mencionados.

El Conglomerado social Mayoritario ES y representa al pueblo dominicano. Las Clases Medias minoritarias encarnan las aspiraciones de lo que ese pueblo anhela ser. 


Cuando lo más sano de ambos segmentos sociales tenga una presencia equilibrada en el Congreso, en estamentos de dirección del Gobierno, en los medios de comunicación y en la arena de luchas y fricciones civiles; cuando la Clase Media tome el valor de iniciar jornadas programadas en las que saliendo de sus refugios muestre su presencia a la Clase Mayoritaria -digamos- compartiendo el transporte colectivo y dedicando tiempo en ayuda social en barrios marginados, expresando con ello que "somos un mismo pueblo"; entonces se habrá dado inicio a un proceso verdaderamente trascendente de cohesión social.

Así, si cierta racionalidad se impone, los cambios que se reclaman dejarán de ser promovidos desde tribunas de profesionales politiqueros tradicionales sino protagonizados e impulsados por una Clase Social Media dinámica y progresista, respaldada por lo más lúcido de la Clase Social Mayoritaria.

Hasta ahora, lo peculiarmente penoso de la Clase media dominicana ha sido su doble carencia de una presencia militante y de una lúcida autodefensa de sus intereses de Clase. Pero las movilizaciones del presente preludian el inicio de tales esperados cambios.


En un escenario de esa naturaleza caerán los que deban caer y se promoverán quienes en verdad lo merezcan.

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Nota: El presente escrito está inspirado en un trabajo que escribimos en 2005 titulado “La soledad de la clase media minoritaria” (*) en el que abordamos la soledad, la incomprensión,  la manipulación y la injusta explotación, como escenario permanente al que la tradicional dirigencia política ha arrojado a esa clase social minoritaria y dinámica.

(*) “La soledad de la clase media minoritaria”:


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1 comentario:

  1. Muy bien expresado tal y como nos tienes acostumbrados. Esperemos la Clase Media siga activa y no se rinda a los pies de la corrupcion.

    un cordial saludo

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